Noches salvajes en templos de placer y música
Las luces parpadean, el humo sube, y en la pista, alguien con orejas de conejo baila junto a un sujeto disfrazado de astronauta. No, no estás soñando ni en el rodaje de una pelÃcula ochentera: estás dentro de una discoteca exótica. Ese tipo de lugares donde la lógica se queda en la entrada y la diversión no tiene reglas. Son como sueños lÃ